Este término se refiere al tratamiento de todos los problemas de las encías y el hueso que sostiene los dientes. Cada diente está enclavado en el hueso, unido fuertemente por una serie de estructuras que garantizan su fortaleza y correcto funcionamiento.
En ocasiones, las estructuras que rodean y soportan al diente (encías y hueso), se ven afectadas de forma importante. Esto desencadena un proceso degenerativo continuo, que progresa lentamente, hasta llegar a un estado avanzado en el que el diente se mueve en exceso y se termina “cayendo”.
Antes de que esto suceda, los dientes van pasando por varias etapas bien definidas, desde una afectación leve hasta estados avanzados de perdida dentaria. Este proceso se denomina periodontitis.
¿Cuáles son las causas?
La causa principal es una infección producida por diversos tipos de bacterias. La mayoría de estas bacterias se encuentran en circunstancias normales en la boca de cualquier individuo, pero bajo ciertas circunstancias y en algunas personas que posean un sistema de defensa que no es eficaz contra ellas, se produce la infección. Poco a poco, estas bacterias dañinas van mermando la encía y el hueso, de modo que los dientes se encuentran cada vez más debilitados.
El tratamiento básico consiste en eliminar la infección existente limpiando a fondo toda la boca, bajo anestesia local. Si el estado es muy avanzado o se requiere regeneración, se precisa una pequeña intervención quirúrgica, también con anestesia local. El tratamiento puede complementarse con el uso de antibióticos.
El paciente debe ser consciente de su problema y asumir que, tras el tratamiento inicial, al menos una vez al año debe acudir al dentista a realizarse limpiezas de mantenimiento, durante el resto de su vida. La higiene oral es fundamental para tratar este tipo de problemas. Sólo de este modo se consigue una terapia eficaz.
Evolución de la enfermedad periodontal.