También hay solución. Entonces se utilizan técnicas quirúrgicas alternativas con implantes diseñados para esos casos (Implantes cigomáticos) o mediante injertos de hueso. Esto permite que personas antes condenadas a llevar dentadura con mala retención, disfruten de dientes como si fueran propios, estables y cómodos.
Falta un diente: se coloca el implante donde tenía la raíz el antiguo diente, y permite reponerlo como si fuera un diente propio. No necesita apoyarse en los dientes vecinos, y éstos se mantendrán sanos mucho más tiempo. Faltan varios dientes: serán varios implantes dentales. Habitualmente el número de implantes será el mismo que el de dientes perdidos, aunque a veces dos implantes permiten reponer cuatro dientes, como en los incisivos inferiores. Faltan todos los dientes: en pacientes de edad avanzada, con 6 implantes en la mandíbula y 8 en el maxilar superior se construyen prótesis completas fijas. En pacientes jóvenes se pueden realizar prótesis de porcelana en tramos, mucho más naturales, que pueden necesitar entre 10 y 12 implantes dentales.
Que en los casos en que sea posible, para favorecer la comodidad del paciente, podemos extraer los dientes en mal estado, colocar implantes y dientes fijos sobre ellos en el mismo día. Esto puede hacerse siempre que las condiciones óseas del maxilar y la estabilidad de los implantes lo permitan.
Con los cuidados apropiados, la duración supera los 20 años. Es importante diferenciar entre la duración del implante y la duración de los dientes, ya que debido a factores propios del paciente puede ser necesario efectuar un cambio sólo de los dientes en un periodo levemente menor.
En absoluto. Precisamente son las personas mayores quienes más se benefician de la colocación de implantes dentales.
Si bien se pueden dejar dientes provisorios el mismo día de la intervención, la espera para la instalación de las coronas definitivas depende del tipo de hueso, de la zona tratada y de la estabilidad del implante. Este periodo varía entre 3 a 4 meses.
El porcentaje de éxito en osteointegración de los implantes es del 98,5%, trabajando en un entorno quirúrgico y seguro. En la mayoría de los casos en los que no se obtiene una buena integración (un 1,5%), el implante se puede colocar de nuevo al cabo de un tiempo. No significa que exista un rechazo, sino una falta de estabilidad entre el hueso y el implante.
Se colocan mediante una intervención quirúrgica realizada por un cirujano especialista con anestesia local (en ocasiones, complementada con sedación). El postoperatorio es habitualmente muy bueno. Gracias a las modernas técnicas microquirúrgicas y mínimamente invasivas, es muy infrecuente la aparición de complicaciones, dolor, inflamación o hematomas. En todo tratamiento se indican analgésicos, antiinflamatorios y antibióticos como norma. En casos de cirugía avanzada con muchos implantes dentales, injertos o casos muy complejos, la frecuencia de aparición de complicaciones postoperatorias es algo mayor.
Los implantes son la mejor solución cuando falta uno, varios o todos los dientes.
Los implantes dentales son raíces artificiales de titanio que se insertan en el hueso maxilar de los pacientes y sirven para soportar sus nuevos dientes fijos. Los dientes implantados tienen un aspecto natural y son los que mejor recuperan las sensaciones de firmeza y confort de nuestros propios dientes.